Analizamos el nuevo juego de Bandai Namco, One Piece: Burning Blood
Compartir:
One Piece es una franquicia exitosa, nadie lo duda, sus fans llegan a contarse por millones por todo el mundo, y es justamente esto lo que hace a esta franquicia una mina de oro con relación a cuanto producto marketero se refiera, desde videos, OVA's, llaveros y videojuegos.

Comenzando a dar nuestros primeros pasos, notamos que este juego se basa, tal cual pudimos ver en el Jump Festa (Japón) el año pasado, en batallas de equipos con tres luchadores, en el que cada uno tiene un golpe débil, uno fuerte, un botón para defenderse y uno más para saltar, todo muy al estilo de J-Stars Victory Versus. Los escenarios para cada match son bastante grandes y basados en el anime y las peleas tiene un tiempo máximo de 200 segundos (modo campaña). El punto es que si bien esto puede mostrarse como algo básico y simple, el resultado es todo lo contrario. Cada personaje cuenta con tres ataques especiales con diferente intensidad. Además, hay combinaciones que nos permitirán romper la guardia rival. A todo esto, lo mejor de todo es cuando se combinan estos ataques y combinaciones.

Además, la paleta de colores llegará a jugar un papel importante en el desarrollo del mismo, ya que nos hará llegar a sentir ser partícipes del juego mismo. Y si a esto le sumamos sus animaciones, voces y diálogos, tendremos hasta aquí un producto redondo y con valo agregado. Pero entonces cuál es el problema?... el reciclaje de las animaciones. Es decir, que lo que veamos en el modo campaña, lo veamos también en otros.
Otro detalles que nos llamó la atención es el elevado nivel de dificultad de las batallas en el modo campaña, llegando a ser un tanto frustrante.
Si uno busca un reto, este juego cae de perillas, ya que la IA no se anda con rodeos o tonterías, y eso que el rival de turno siempre tendrá un nivel mayor al nuestro. Así que el conocimiento de nuestros personajes y sus habilidades es más que obligatorio, por ejemplo Luffy es para el combate a corta distancia o Ace permite mantener al enemigo de turno a distancia, por ejemplo.
Por otro lado, y muy aparte del modo campaña, One Piece: Burning Blood cuenta con otros modos de juego, tanto para el modo online, como para los que que gusten de ver detalles, desbloquear a todos los personajes y apreciar los diseños de personajes o las mismas animaciones del juego. Así es, el modo online permite batallas en en duelos amistosos o de clasificación, teniendo como complemento o variante el modo Batalla de Banderas, en donde escogiendo un barco y un emblema, tendremos que enfrentarnos a otros piratas y ver quien domina el mar.

Detalles aparte, el juego llega con gráficos y música acorde a la aventura de la serie, y para los más puristas, les comentamos que One Piece: Burning Blood se puede jugar en japonés con subtítulos en español. Como puntos finales a este análisis, podemos decir que One Piece: Burning Blood llega con mecánicas y un gameplay sólido, pero no pefecto. No es Naruto o juegos del ninja, como tampoco es un clon de J-Stars... aunque le hace falta ese "detalle" extra para que lo haga un pro. Aunque no nos cabe la menor duda que ahora One Piece: Burning Blood es una nueva IP.
Escribir un comentario