Esta es una bitácora creada por un grupo de docentes del área de Lengua y Literatura de la Universidad de Piura, expertos en temas relacionados con la gramática, literatura y ortografía castellana.
Buscamos que este espacio permita actualizar continuamente nuestros conocimientos lingüísticos, establecer un diálogo frecuente con nuestros lectores y favorecer el intercambio de información. Para ello, ofrecemos variados artículos, la recomendación del día y estamos dispuestos a resolver cualquier duda que tengan.
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Qué
fácil nos resulta escuchar en estos tiempos, particularmente en los jóvenes,
expresiones como: "Bueno... me entiendes, ¿verdad?... sí... ¿no cierto?". Y es que
en la actualidad notamos que cada vez con mayor frecuencia los hablantes
recurren constantemente a las llamadas muletillas o "latiguillos" (término dado
por José Martínez de Sousa, 2001; 120).
Se
trata de expresiones como "bueno", "estee", "ehh", "o sea", "sea", "quiero
decir", "¿entiendes?", "vale" (muy usado en España), "¿no?", "¿no cierto?" o el
error o la deformación ortográfica "¿nocierto?" (que quiere decir "¿no es
cierto que?"), "¿verdad?", "quiero decir", "para nada", "como muy", etc., que
se repiten constantemente en la conversación y en ciertos medios de comunicación
social tanto en el habla como en la escritura y, en algunos casos, dificultan
la comunicación. Están rigurosamente prohibidas en la redacción del trabajo
científico o técnico.
Los
estudios del discurso y la conversación son quienes han prestado atención a
este tema y los consideran no solo recursos "de relleno" cuando el hablante los
utiliza para ordenar su mensaje o como simple manía, sino elementos que
resultan importantes en la construcción del significado y, además, al
insertarse en la cadena hablada, la conversación se transforma tanto en una
unidad de análisis social como lingüística.
Bien
utilizadas, estas palabras se conocen como marcadores textuales o discursivos
de la lengua. Se trata de recursos que facilitan la cohesión textual y tienen
como función marcar relaciones que exceden los límites de la sintaxis
oracional, es decir, son partículas que expresan conexiones mentales que van
más allá de la oración.
Pero,
ocupémonos exclusivamente del marcador "o sea". Esta palabra es propia del
coloquio o del español informal y reemplaza al marcador "esto es", más
vinculado al registro escrito y formal del idioma.
Lingüísticamente
hablando pertenece al tipo explicativo que introduce una aclaración de todo un
texto o de una parte de lo dicho anteriormente: "Esteban visitó este verano
Punta Sal y Zorritos; o sea, visitó Tumbes". Esta aclaración puede tener
carácter de precisión: "Todos los asistentes almorzaron en la oficina, o sea,
treinta personas"; rectificación: "Regresó ayer, o sea, hoy"; eufemismo: "Mario
es guardián de la fábrica, o sea, administrador" o conclusión: "Varios
regresaron temprano de la fiesta; o sea, que estuvo aburrida".
La
forma "o sea" hereda, en parte, el valor de las conjunciones latinas sive y vel, con el significado de 'o lo que es lo mismo' y 'o si se
quiere'. Ya desde el siglo XVIII encontramos usos de esta expresión con sentido
de explicación o reformulación. Por ejemplo, en "La Poética", obra de Ignacio
de Luzán, escritor y crítico español nacido en 1702, se leía: "...es también
regla general indubitable, y a mi parecer muy necesaria, que el medio término,
o sea, el objeto del cual se toma la comparación, sea más claro y más conocido
que el objeto comparado".
Pero
es cierto que "o sea" puede funcionar como un tic en algunos hablantes
inmaduros y como un estereotipo en otros, cuando se les utiliza como recursos
de relleno: "O sea, lo que quiero decir... es... o sea... tú me entiendes ¿no?", sin
embargo, y como hemos visto, rige en la
lengua desde hace mucho y no es que su uso sea inadecuado, sino que, en
circunstancias explicativas, aclaratorias, rectificativas, conclusivas,
repetitivas, etc., y aquellas circunstancias que impliquen evidencia, su uso
puede ser necesario.
Por
lo tanto, amigo lector, "o sea" como marcador reformulador, debe manifestar el
control del hablante permitiéndole volver sobre la expresión anterior para
presentarla de otra forma dando pase a mayor claridad en la expresión.
Ahoar la nueva palabra es "NADA..." , expresiones más que todo de persona sde farándula y ligadas al deporte, claro anteponiendo de todas formas la frase "o sea...Nada..."
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